Ultegra Di2 electrónico
Grupo Shimano Ultegra Di2 (electrónico). 1200€
(Por arueda.com)
Desde que empezó a aparecer entre los corredores profesionales el grupo Shimano Dura Ace electrónico, se veía por dónde iba a ir el futuro de los cambios en las bicis de carretera.
Efectivamente, tras unos años en el campo profesional, el Dura Ace Di2 se empezó a comercializar con cierto éxito, aunque el elevado precio impedía que pudiese llegar a mayor número de usuarios. Pero ahora, con el nuevo grupo Shimano Ultegra Di2 este problema está relativamente solventado. Está claro que sigue siendo un desembolso importante instalar el grupo electrónico en nuestra bicicleta, pero con el Ultegra al menos, está al alcance de la gran mayoría de nosotros. Con ello Shimano conseguirá llegar al gran público y sin duda este grupo promete ser un superventas.
¿Pero realmente vale la pena el grupo electrónico? Sí, sin lugar a dudas. Así de rotundos nos mostramos. Si sigues leyendo entenderás el por qué.
De entrada, si comparamos con su hermano, el Ultegra mecánico, el incremento de peso es de apenas 175 gramos, contando incluso el soporte adicional que hemos puesto para que el bidón del tubo vertical no interfiera con la batería. Y es que estos de Shimano piensan en todo. En muchos cuadros ocurre que los agujeros para colocar el portabidón queda muy cercano al pedalier; y como la batería va justo por debajo del portabidón del tubo diagonal, entonces pueden interferir ésta con el portabidón vertical. Para ello Shimano comercializa una sencilla varilla que lo que hace es subir el alojamiento del bidón vertical, solucionando así el problema. En la imagen se puede apreciar el detalle.
Por otro lado, y sin entrar aún en el funcionamiento de la parte electrónica, tenemos el diseño de las manetas, más pequeñas y estilizadas que las de su hermano el mecánico. La maneta tiene un cuerpo más fino y con un agarre a nuestro parecer más cómodo. Además de prescindir de la parte alta “más cabezona”, y dejando la maneta con un aspecto de sencillez y finura. Por el contrario, tanto cambio trasero como desviador son mucho más voluminosos que los mecánicos. Y si bien en el desviador no se aprecia tanto; es sobre todo en el cambio trasero donde se ve un armatoste bastante considerable. En su hermano mayor: el Dura Ace Di2, el tamaño del cambio es algo más reducido al tiempo que también algo más ligero. Por último, está la batería. Normalmente, y hablando de cuadros “convecionales”, ésta irá situada debajo del portabidón del tubo diagonal. Queda bastante integrada dentro del cuadro y no estropea demasiado la estética de la bicicleta. Actualmente, ya es raro no encontrar en el catálogo de todas las marcas punteras un cuadro específico para el Di2, con alojamientos más discretos para batería y cables.
Tras ver cómo influirá este nuevo grupo tanto en el peso final como en la estética, pasemos a estudiar cómo funciona realmente.
Empezamos por los frenos. Por supuesto, siguen siendo de tiro mecánico. Y lo único que cambia es el tiro de cable en las manetas. Es más directo y muy parecido a las anteriores manetas que aún llevaban los cables de cambio por fuera del manillar. Se ha mejorado sobremanera la suavidad de los frenos y el tacto es muy cómodo, frenando perfectamente con un solo dedo ante cualquier situación. Además de que funcionan muy bien tanto si vamos agarrados de la parte baja del manillar o de los escaladores. Y al prescindir de movimiento lateral las manetas, van totalmente rectas y paralelas al manillar, sin salirse hacia fuera como pasa con el grupo mecánico. También se ha prescindido de la tapita frontal con el tornillito que había que quitar cada vez que tocaba cambiar un cable.
Y finalmente, vayamos a lo que realmente interesa, el funcionamiento de los cambios. Pero antes comentaremos cómo se realiza la instalación. Algo muy sencillo, incluso más que el paso de cables/fundas. Bajo del pedalier, hay una especie de regleta de la que salen 4 cables: uno va hacia la CPU y las manetas, otro a la batería, otro al desviador y otro al cambio trasero. Si nuestra bici no tiene cableado interno, se sirven unas guías autoadhesivas que dejan perfectamente ubicados los cables y de manera muy discreta. Con ello, queda la instalación terminada, algo que nos lleva un pis pas.
Siguiente paso, regular los cambios; tarea muy sencilla también. Se trata de colocar la cadena en el quinto piñón empezando por el más grande y ajustar mediante “micromovimientos” del cambio trasero la cadena de manera que no haga ningún ruido (si para un usuario es sencillo, para los mecánicos aún lo será más tras haberlo hecho unas cuantas veces). Una vez hecho esto, ajustamos los finales de carrera del cambio por seguridad y listo. En cuanto al desviador, nada más fácil que ajustar los finales de carrera y ya queda perfectamente configurado.
Con todo ello, ya podemos salir a la carretera a probar las bondades de la electrónica. Si bien en el caballete ya hemos probado el cambio y certificado la suavidad de cambios, una vez subidos en la bici, la sensación de suavidad y perfección es aún mayor. El cambio de piñones es instantáneo y sin titubeos. Incluso puedes llegar a dudar si la cadena ha cambiado de piñón. Ya nunca más nos pasará eso de empujar la palanca un poco más de lo debido y provocar que la cadena quiera subir dos en lugar de un piñón, con el consiguiente salto de cadena. Lo siguiente que observamos y que nos maravilla, es el autoajuste del desviador. Conforme vamos subiendo o bajando desarrollos, el desviador se mueve automáticamente hacia arriba o hacia debajo de manera que la cadena nunca rozará por muy cruzada que vaya. Este detalle se vuelve de vital importancia cuando hacemos cambios de plato con la cadena cruzada. Por ejemplo, es muy común abusar del plato grande con las coronas más altas. Y seguramente a todos nos ha pasado que al querer meter el plato pequeño, el cambio es tan brusco que la cadena se ha caído al cuadro. Esto es debido a que el desviador hace su movimiento de bajada por completo empujando más de la cuenta la cadena. En el cambio electrónico esto ya no pasa. Ya que si llevamos la cadena como hemos descrito, al bajar de plato, el desviador se mueve en dos pasos, uno inicial que es el mínimo posible para que la cadena baje de plato, y un instante más tarde un segundo movimiento llevando el desviador a su posición natural para evitar el roce de la cadena.
Y todo esto que comentamos con el simple gesto de apretar un botón. En los días fríos de invierno en los que en más de una ocasión llevamos los dedos a punto de congelación y se nos hace un mundo accionar la palanca del desviador, en el Di2, una simple presión en el botón de la maneta hace que la cadena cambie de plato como por arte de magia. Sencillamente genial.
¿Y qué hay de los contras? Sencilla y sinceramente, no hemos encontrado. Vale que el tamaño del cambio trasero y del desviador son aparatosos, pero de momento es lo necesario para conseguir albergar el juego de engranajes que mueve el cambio. Otra cosa que nos llamó la atención, es que los primeros días a veces fallábamos en los cambios. Teníamos que parar un segundo a pensar qué botón apretar para subir o bajar piñones o el cambio de plato. Pero en un par de salidas enseguida acostumbramos nuestras manos a cambiar adecuadamente y apretar el botón que corresponde sin pensar. De hecho incluso existe la posibilidad de configurar los botones y elegir qué función queremos que haga cada uno. Otro dato un tanto negativo, es que el Ultegra Di2 aún no tiene los periféricos que tiene el Dura Ace; como son los botones que hacen que podamos cambiar de la cruceta del manillar o de los acoples en una bici de crono. Suponemos que es cuestión de tiempo que saquen dichos accesorios. Y tampoco existe ninguna compatibilidad entre dura ace y Ultegra, por lo que no se pueden combinar elementos.
Hemos dejado para el final el precio: 1207€ el kit básico para montar el grupo electrónico; es decir, manetas, cambio y desviador, batería, cables, cargador, etc. Pero si contamos el grupo entero (cadena, cassette, bielas,…) vemos que es más económico el Ultegra Di2 que el Dura Ace mecánico.
Como conclusiones, podemos decir que exceptuando los totalmente locos por el peso, para el resto de los usuarios puede ser el grupo referencia y sin duda el revulsivo que nos incite a cambiar el grupo de nuestra bici o incluso a jubilarla entera y pasarnos a una nueva montura con el Ultegra Di2 integrado. En cuanto a funcionamiento y fiabilidad, sin duda rozan la perfección y de momento no hemos tenido ningún percance con el grupo (apenas llevamos un mes con él). Tampoco hemos averiguado la capacidad real de la batería, pero nos consta que en el Dura Ace es superior a los 3000 kms, por lo que en el Ultegra será muy similar, más adelante informaremos de cuanto nos ha durado.
Desde luego, los grupos electrónicos son el camino a seguir por las marcas y el futuro inminente en las transmisiones de las bicicletas de gama alta. La pregunta es ¿para cuándo el Shimano XTR de montaña electrónico?